Poco conocida por los habitantes de la gran ciudad, es
fuente de proteínas, minerales, vitaminas, fibra y antioxidante natural, una
receta práctica para preparar en casa..El secreto es en vez de cacao en polvo,
pones harina de algarroba en una cazuela con un poco de agua y manteca, lo
calentáis, y listo ya tenés una
cobertura para los helados y los postres, como en vida rural siempre estamos
atentos a nuevas alternativas que mejoren la alimentación y la salud,
investigación acerca de este producto que, a pesar de ser autóctono, tiene poca
difusión.
Los estudios demostraron la gran efectividad de esta harina
contra úlceras, diarreas infantiles e infecciones intestinales. Otro componente
importante de la algarroba es el tanino, un antioxidante natural que también es
anti inflamatorio, antirreumático y benéfico para el corazón y los riñones. Su
nombre algarrobo deriva del árabe al carob que significa “el árbol por
antonomasia” un dato curioso en el noroeste argentino, los indígenas lo
bautizaron takku, voz quechua que lleva la misma connotación de respeto y
agradecimiento a este árbol.
Sus raíces pueden buscar agua en el suelo hasta 30m de
profundidad, se adapta a la zona árida y puede encontrarse en una amplia zona
de nuestro territorio Argentino, es muy longevo, florece entre septiembre y
noviembre, según la región, sus frutos (algarrobas) se pueden cosechar de
diciembre a marzo. Para una explotación de uso múltiple, se recomienda tener
150 ejemplares por hectáreas. Negro o blanco, produce entre 50 y 100 kilos de
chauchas.
El destino de los frutos es variado, según su proceso de
elaboración: Pisado con agua en un mortero se obtiene una bebida llamada añapa.
Si luego del procedimiento anterior se deja fermentar, se consigue el aloja,
una bebida muy popular en el norte. Para preparar el arrope, que es una especie
de miel, hay que cocinar las chauchas. Y por ultimo, a través de un proceso de
pisado y de tamizado se puede obtener su harina, que es el producto que tiene
más aplicaciones.