Dedicamos mucho tiempo y energía al cultivo de productos en
nuestro huerto con el deseo de mejorar nuestros hábitos alimenticios. Sin
embargo, no somos los únicos interesados en su producción.
Existen muchos
animales que también desean alimentarse de estos productos.
Si nos encontramos
en esta situación y no queremos recurrir a los productos químicos, lo mejor es
replantear nuestro huerto empleando especies que nos ayuden a controlar las
plagas de nuestros cultivos.
Aunque existen muchas combinaciones, las
recomendaciones más frecuentes son las siguientes:
_Sembrar ajos y
cebollas alrededor para proteger árboles frutales y hortalizas.
_Para ahuyentar a los
caracoles, esparcir cenizas de la chimenea o procedentes de la quema de
maderas.
_Si queremos que no se
acerquen las hormigas, sembrar menta o capuchinas alrededor de nuestro huerto.
_El orégano y la salvia
son trampas mortales para las hormigas.
_Si queremos mantener
en buen estado nuestras uvas y disfrutar de ellas cuando estén maduras, lo
mejor será poner plásticos sobre los ejemplares ya maduros. De esta manera los
insectos no se las comerán atraídos por su dulce olor.
Sembrar salvia para
alejar a sapos y culebras.
Rodear de romero las
plantaciones de zanahorias si queremos protegerlas de la picadura de la mosca.
Es muy útil también con las plantaciones de repollo.
Plantar salvia,
manzanilla o albahaca para ahuyentar a los insectos.
El tomillo hace que se
alejen las babosas.
_Para proteger a
nuestras plantas de los pulgones preparar una mezcla de agua con tabaco.
También es muy útil la maceración de ruda en agua y pulverizar las plantas con
esta mezcla. El tabaco también es útil contra los gorgojos y las orugas.
_También es frecuente el uso de animales depredadores de
plagas en los huertos de corte ecológico. Las más habituales son: la mamboretá
o Tata Dios; las juanitas o mariquitas (que comen pulgones entre otros
insectos), la hippodamia (que comen chinches) y la cicloneda sanguínea (que
controla la plaga de pulgones).
En estos casos hay que tener en cuenta que la
nueva especie introducida sustituye a los ejemplares de la plaga, por lo que
tendremos que intentar controlar también esta población para no desequilibrar
el ecosistema de nuestro entorno.
En caso de que ninguno de los remedios anteriores resulte
eficiente, podemos recurrir a trampas caseras como papeles plásticos de color
amarillo, que atraen a los insectos por su intenso color y los deja atrapados
sobre su superficie.
También es posible fabricar trampas caseras que se
rellenan de sustancias alimenticias que resultan especialmente atractivas para
los animales pero de las que les resulta muy complicado salir. Son muy eficaces
y muy sencillas de construir, pues podemos utilizar envases de botellas de
plástico que ya hayamos empleado.