Cualquier planta
sustancial puede ser entrenada para convertirse en un bonsái. Obviamente
requiere un poco de trabajo duro, algo de práctica y mucho empeño para
lograrlo.
Si bien todo tipo de
planta puede convertirse en un bonsái, es necesario remarcar que algunas
plantas son muy difíciles de trabajar. Principalmente podemos decir que cuesta
hacer que se adapten a las ollas o recipientes poco profundos. Esto trae aparejado
otro factor que dificulta esta adaptación para que la planta siga su normal
desarrollo y es que se hace una restricción del crecimiento de la misma.
Es por ello que en el
mercado y en los viveros de bonsái seguramente le recomendaran algunas de las
especies mas utilizadas para desarrollar este tipo de arte.
Los árboles y
arbustos que se utilizan más comúnmente para bonsái y que son los que se
adaptan bastante bien, son los árboles de hoja perenne. Tales como pinos,
cipreses, ficus benjamína, ficus retusa, ombú, Camelia, Azalea, Granada, Holly,
Serissa, la figura (Selva y el Mediterráneo) y el cedro etc. También podemos
mencionar los árboles de hoja caduca, entre ellos cerezo, arce (japonés y
Trident), Zelkova y Beech, que son excelentes candidatos etc.
Todas estas plantas
se ven favorecidas para bonsái, ya que son plantas grandes, esto les da una
mejor aérea de trabajo tanto para el principiante, como para el experto. Además
ofrecen muchas características especiales, tales como flores, una naturaleza
fuerte y robusta, atractivo follaje, corteza interesante o frutas de temporada
y los conos.
Sea cual sea el
atributo, estas plantas cuentan con un plus, ese algo que por encima de
realmente de ser un bonsái hermoso, al mismo tiempo tienen el aspecto que las
muestra como plantas tradicionales y que se han podido utilizar en este arte
durante siglo.