jardines casa de bonsái

viernes, 27 de febrero de 2015

El arte del kokedama


El arte de kokedama apareció en Japón en la década de 1990. Estas bolas de musgo en las que crecen las plantas, tuvieron un  éxito inmediato en Japón y ahora empezamos a encontrarlas en Europa. Refinado y de mantenimiento relativamente fácil, el kokedama tiene todo los ingredientes para seducirnos.

Muy próximos a la naturaleza, los japoneses gustan de reproducir en su casa escenarios naturales donde las plantas crecen en un ambiente similar al natural. De ahí nace el bonsái y toda su tradición. El kokedama consiste en cultivar cierto tipo de plantas sobre unas bolas de musgo vivo rellenas de sustrato. El kokedama entronca con una serie de técnicas tradicionales japonesas como:
el Nearai, que consiste en el cultivo de plantas sobre un pequeño cuenco de arcilla o sobre una roca, donde el sustrato está prácticamente al aire.
el Kusamono, que consiste en los cultivos de plantas asociados al bonsai para indicar la estación del año, también se cultiva sobre un pequeño cuenco colocado sobre una antigua madera lacada.
el Bonsái, cultivo de árboles obligados a contener su crecimiento.

El kokedama siempre se instala sobre un soporte mineral: pizarra negro, pizarra verde, cerámica o bien sobre madera semi-preciosa o madera petrificada. Esta combinación de minerales y vegetales añade una nota muy moderna que hace referencia al jardín Zen japonés. La disposición a veces muy básica de las plantas sobre la esfera de musgo toma prestados los códigos del Ikebana, arte floral japonés. Las composiciones son a la vez simples y muy gráficas. Musgo o musgos, ya que se pueden usar diferentes especies de musgo, dando una forma muy natural.


El mantenimiento: dependerá del tipo de planta que se cultive, aunque hay unas normas generales y comunes a todos. Exposición a la luz, abundante pero no directa, es una norma común a todo cultivo de kokedama. La temperatura también irá en función de la planta concretamente cultivada, pero en general habrá que huir de fuentes de calor y frío artificiales, así como de las corrientes de aire.
El kokedama se riega por inmersión de la bola de musgo en un recipiente, una vez por semana en invierno y dos veces en verano o más dependiendo de la intensidad del calor y el grado de humedad ambiente. En verano será aconsejable pulverizar agua regularmente, con una botella nebulizadora, sobre la bola de musgo. El abono siempre será líquido y disuelto en el agua de riego, dicha dilución se hará con diez veces más agua de la recomendada por el fabricante para no quemar el musgo ni las raíces de la planta.

jueves, 26 de febrero de 2015

Tipos de plagas

PLAGA: Es todo patógeno de origen animal que produce daño en las plantas con su aparato bucal. Las plagas se clasifican en: masticadores y chupadores o picadores. Pueden combatirse por medio de controles químicos u orgánicos. Existen diversos productos para tratarlas. Unos actúan por contacto y otros tienen acción sistémica (penetran en las vías de circulación de la planta). Se requiere reconocer la plaga a tratar para poder elegir el producto con que combatirla.
                                                                                    
                                                                                       




Abeja cortadora (insecto masticador) Ataca las hojas y las corta en forma semicircular.















Arañuela o ácaro (arácnido chupador) El primer síntoma es un moteado amarillo, luego se forman telas de araña


















Babosa (molusco masticador) Ataca las hojas y brotes. Difícil de ver porque al igual que el caracol actúa mayormente de noche.












Bicho bolita (artrópodo crustáceo masticador) Se alimenta de las raíces de la planta.
















Bicho taladro (insecto masticador)
Larva de taladro (masticador) Se alimenta de madera (Xilófago). Ataca plantas leñosas.

















Caracol (molusco masticador) Ataca de noche y en días nublados las hojas y brotes.














Cochinilla (crustáceo chupador) Existen diversos tipos. Ataca yemas, hojas, ramas, tallos troncos y raíceshinilla harinosa (crustáceo chupador)










Grillo topo (insecto masticador) Se alimenta de las raicillas. Vive bajo tierra. Son característicos los montículos de tierra que deja en el césped.










Hormiga negra (insecto masticador) Corta las hojas para llevar a su hormiguero.













Minador (insecto chupador) Deja en la hoja una marca blancusca con forma de camino sinuoso.












Mosca blanca (insecto chupador) Son blancas y de forma triangular.















Pulgón verde (insecto chupador) Ataca yemas, brotes, pimpollos y hojas.








Trips (insecto chupador) Ataca hojas, yemas y flores dejando focos blanquecinos plateados.















Vaquita del olmo (insecto masticador) Sus larvas se alimentan de las hojas dejándolas agujereadas como un encaje.




miércoles, 25 de febrero de 2015

Echeveria Elegans,

Perteneciente a la familia de las crasas o suculentas, la echeveria elegans, la más popular de su especie, es una excelente opción ornamental para darle un toque exótico a nuestro jardín.

 Procede de México, donde se encuentra en peligro de extinción, y es conocida también como rosa de alabastro, por la similitud de la piedra con el color de sus hojas. Éstas, ovales y gruesas, están dispuestas como una roseta apretada, recordando a los pétalos de las rosas.
 Su mayor ventaja es que es muy resistente a la sequía, por lo que se convierte en una planta ideal para lugares con lluvias escasas.

Más de 150 variedades componen la especie echeveria, llamada así en honor al botánico mexicano que la descubrió, Echeverría.  elegans, una de las más conocidas, no tiene tallo, así que emerge directamente del suelo como una gruesa roseta de hojas ovales de unos 2-6 cm. de largo y 2 cm. de ancho. Su floración tiene lugar en primavera, entre marzo y junio, época en la que podemos disfrutar de sus inflorescencias en forma de racimo de color rosa y amarillo.

Estas características hacen de esta suculenta una opción ideal para cubrir lentamente superficies complicadas del jardín (a modo de tapizante), cultivar en cubeta o maceta, y, sobre todo, para decorar y completar rocallas y arriates. Sus posibilidades ornamentales son enormes.

La echeveria destaca por ser una planta resistente que soporta sin problemas las carencias de agua y las altas temperaturas. Al proceder de zonas cálidas de México, se trata de una elección perfecta tanto para el interior como para los exteriores, siempre y cuando fuera el clima no sea excesivamente lluvioso o frío (aguanta unos cuantos grados bajo cero). Para su ubicación elegiremos pleno sol, donde sus flores y hojas adquirirán tonos más intensos. También se desarrolla bien en sombra ligera o semis sombra.

Prefiere los terrenos pobres, aunque se adapta bien a otras condiciones, y es importante que estén bien drenados. Lo mejor, sobre todo si cultivamos en maceta, es recurrir a un suelo mezcla de arena, sustrato rico en materia orgánica y tierra de jardín. No necesitan abono, aunque podemos enriquecer su crecimiento en primavera con fertilizante diluido especial para cactus.

Respecto al riego, ya hemos indicado que no necesita mucha agua. Si la planta está en una maceta, tendremos especial cuidado con los encharcamientos y no olvidaremos sacarla al aire libre en primavera. En caso de estar en el jardín, regaremos moderadamente en verano y escasamente en invierno, evitando mojar las hojas, ya que no tolera bien los excesos de humedad. No olvides eliminar las floraciones marchitas y racimos pasados: la planta te lo agradecerá con un crecimiento más vigoroso.

Las dificultades de su cultivo vienen por el exceso de riego. La podredumbre y los hongos pueden aprovechar esta circunstancia para acabar con la planta. La mejor forma de no llegar a este extremo es regando racionalmente, sin empapar, y evitando mojar las hojas. Respecto a las plagas, estaremos pendientes de las cochinillas, los pulgones y las babosas.

 La forma más común de reproducirla es plantando esquejes al comenzar el verano, aunque también es posible a través de semillas. Las hojas más adecuadas para multiplicar son las que se sueltan con facilidad del tallo. De uno de ellos, es sencillo obtener preciosas rosetas de echeveria que pueden durar hasta siete años. Sin duda, harán las delicias de cualquier rocalla o jardín.


martes, 24 de febrero de 2015

Timbó

El timbó (Enterolobium contortisiliquum) pertenece a la familia de las leguminosas. Entre sus nombre populares encontramos el clásico Oreja de negro”, debido a la forma y coloración de su fruto.

 Este es una legumbre en forma de círculo incompleto de color negruzco que suele aparecer desde finales de la floración, manteniéndose hasta el invierno. Existe una leyenda que hace referencia a este fruto.

Un uso que le daban los pilagá es como astringente, con las hojas y frutos elaboraban jabones, detergentes y anti caspa, esto se debe a su contenido en saponinas. Además lo utilizaban para adormecer a los peces y de esta forma poder capturarlos más fácilmente. Los frutos suelen ser el alimento de algunos mamíferos en el centro y norte argentino, aunque pueden producirles abortos en algunas etapas de la gestación.

En la región rioplatense atrae a numerosos insectos, que a su vez son el alimento de algunas aves insectívoras. La etnia wichí elaboraba canoas ahuecando el tronco de la madera, ya que contiene resina lo cual la hace liviana y resistente al agua. Además contiene taninos, útil para las curtiembres de cuero. Con sus raíces elaboraban artesanías.
Este árbol se distribuye por América tropical y subtropical hasta Buenos Aires. Su hábitat de preferencia es la selva marginal, muchas veces formando comunidades donde domina, las cuales reciben el nombre de timbo sales. Es uno de los gigantes de la selva. Su estatus es vulnerable debido a que su hábitat está cada vez más degradado y modificado.


Debemos conocer bien a la especie, su biología y requerimientos de hábitat, para poder comenzar a cultivarlos. Se propaga por semillas y gajos, con una alta velocidad de crecimiento. Se recomienda que esté con sol directo o a media sombra y sólo se riegue abundantemente al plantarlo. Se adapta a los vientos de la región y a los suelos drenados. Se lo puede utilizar como ornamental en parques y jardines de gran escala, para avenidas y calles amplias. Por su porte aparasolado y su gran altura (hasta 20 metros) da abundante sombra.

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