En un principio nuestro planeta era solo piedra y agua. Los cambios de temperatura, la fuerza de los vientos y los embates de las lluvias fueron desgastando la piedra y formando la arena y la arcilla. Cuando los animales y vegetales primitivos emergieron del fondo de los mares y colonizaron la Tierra, dieron origen al suelo agrícola, un complejo orgánico mineral en el que se produce una intensa actividad biológica.
¿Para qué sirve el suelo?
El suelo es fundamental, para la vida de las plantas. Estas son sus funciones básicas: alberga las raíces, permitiendo que la planta se mantenga erecta. Proporciona agua y nutrientes. Brinda las condiciones ambientales para el desarrollo de las raíces.
Composición.
En un suelo normal encontramos elementos minerales, humus y agua.
- Materia Inorgánica
Arenas: provienen de la descomposición de las rocas y constituyen las partículas mas gruesas de un suelo. Los suelos arenosos son muy permeables, no tienen capacidad para retener agua y carecen de cohesión. Además, como sus elementos no son solubles, el poder nutritivo es casi nulo.
Arcillas: son las partículas mas finas combinadas con el humus, le otorgan al suelo una buena estructura. Los suelos arcillosos son fríos, poco aireados, plásticos y tenaces; además, se hinchan y se contraen con las variaciones de humedad.
- Materia orgánica
La degradación de los residuos animales y vegetales produce energía, humus y productos minerales simples que son una importante fuente de nutrientes para los vegetales. Por su poder de agregación, la materia orgánica es fundamental para que el suelo tenga una buena estructura, pero también promueve la acción de los microorganismos, indispensables para la dinámica del suelo. La turba es una materia orgánica muy evolucionada pero no colabora en la buena estructura de suelo.
Un suelo bien estructurado.
La estructura y la textura del suelo, determinan la cálida y temperatura del mismo. Pero, además, la capacidad de filtración de agua, las condiciones del desarrollo de las raíces, la actividad de los microorganismos útiles para el terreno, la circulación del aire y la del agua.
La química del suelo.
La química del suelo no solo estudia la cantidad de nutrientes presentes y su capacidad de intercambio con la planta, sino también su reacción, es decir su acidez o alcalinidad. La reacción del suelo determina qué tipo de plantas pueden crecer en él y se expresa mediante el pH (potencial Hidrogeno), que mide la concentración de iones de hidrógeno del suelo. Los valores, calculados en solución acuosa, van de 4 a 14 para medir la acidez.
A menor valor, mayor es el nivel de acidez del sustrato. El valor 7 indica la neutralidad; los valores superiores, el nivel de alcalinidad. Aunque parezca un procedimiento complicado, hay instrumentos de medición muy fáciles de manejar, medidor de pH casero.
Los valores de pH entre los que mejor se desarrollan los vegetales son 6 y 7,5. Las condiciones de alcalinidad favorecen el crecimiento de arbustos de flor y rosales, mientras que en suelos ácidos se desarrollan con más comodidad Azaleas, Helechos, Palmeras, Coníferas y la mayoría de las plantas florales. Si desea aumentar la acidez del suelo, agregue turba u hojas de Pino. Si, en cambio, lo que necesita es elevar el nivel de alcalinidad, utilice piedra caliza, que es de acción lenta, o cal viva o apagada, de acción mas rápida.