Pese a toda esta carga de espiritualidad y simbolismo, no es
preciso ser un asceta o un intelectual para cultivar bonsái, los occidentales
practicamos el arte del bonsái, como una forma de conexión con la naturaleza y
al mismo tiempo de ruptura con el estrés que el ritmo de vida actual nos
provoca, sin implicaciones de matices religiosas o culturales.
Muchas han llegado al bonsái como evolución natural del cultivo de otro tipo de plantas, tan
habitual en nuestra cultura, de hecho todo aquel que trasmite mucho amor hacia
el arte del bonsái, es capaz de cuidar plantas y capaz de hacer bonsái, siempre
y cuando aplique constancia y metódicamente las técnicas del cultivo y modelado
correcto.
Porque cada persona recorre el camino y su modo de
expresión, para su profesión, por eso cuando haya alcanzado la profesión, de la
técnica como artista debes desprenderte, De ella para que la obra, del arte del
bonsái surja espontáneamente como un creador, ya que nace una interrelación,
entre la planta y su creador, ya que con los años va convirtiéndose en un
hermoso ejemplar, de su especie.
Podemos afirmar que no es simple, pero tampoco imposible,
hacer bonsái y también se puede afirmar que el bonsái es tan caro, o tan
barato. Lo cierto es que los japoneses dicen que el cultivo del arte del bonsái
puede transmitir paz interior, tranquilidad y mucho afecto hacia la humanidad.
Al principio fue simplemente una cuestión de mejorarlas
quitándoles los defectos naturales, pero luego fue considerado como un arte del
bonsái, estos árboles en maceteros se encontraban solamente en casas de nobles
ricos, quienes podían afrontar el precio, por una cosa tan rara como es el
bonsái.
Pero lo jardineros comenzaron a darse cuenta que si la
naturaleza realiza cambio en la forma, podría ser posible crear artificialmente
árboles enanos de semillas o estacas (esquejes o gajos), estos podrían
producirse en cantidades y podían ser árboles en miniatura tan bellos como los
árboles mas antiguos.
Este arte del bonsái encontró particular atracción en ese
período, mas aun fue un nuevo e inagotable mercado para los bonsái entre las
persona adineradas y la clase, culta mercantil, entonces comenzó la rivalidad
entre la aristocracia. Así fue el comienzo de los bonsái, su crecimiento que
permanece hasta hoy en día como un arte del bonsái.
En continua evolución, en el que debe conservarse el
carácter y espíritu del árbol, sin olvidar su esencia, ya que con los años,
esta obra, que no esta muerta, al ser un elemento que va en crecimiento y dando
un proceso que implica un prendimiento diferente, técnicas, de modelar el bonsái, además el saber mas en el
conocimiento, en el mundo de la jardinería.
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